Hoy es uno de esos, tantos, días en los que tienes más bien ganas de poco. Donde te sientes más indiferente y pasiva que nunca ante todo en general y el pararte a pensar en razones, causas o consecuencias empieza a estar de más. Y no, no es mía la culpa, esta vez no. El que me haya vuelto así no ha sido porque yo haya querido sino porque todo lo que me rodea me obliga a comportarme de este modo dando paso a lo que me he convertido a día de hoy y aunque me duela tampoco me importa demasiado si con todo ello me evito malos ratos.
Y luego dicen que es verídico que hay que ayudar cuando menos se merezca porque es cuando más se necesita…
"Me he cansado de rogar, y cada uno por su lado, sin mirar los restos del naufragio. No somos esclavos de nadie, así que preocupémonos por nuestro propio barco..."
(Menos mal que siempre hay con quien identificarse... gracias por compartir los mismos pensamientos y sentimientos así como la redacción e imagen de este post).