Una De Dos

Llenas mi soledad de algo dulce, tan especial,
algo místico y sensual, es tu forma de mirar.
Siento que eres real, te tengo cerca y no sé que hablar
tú me anulas sin pensar y no sé como decir…
que daría media vida por tenerte aquí,
sentirte junto a mi y no hay culpable ni culpa,
ni respuesta ni pregunta, a ver que ha de venir.

Una de dos o me voy contigo o muero de dolor,
no sé que me pasa ¿qué tendrá tu amor?
que roba cada instante de mi atención.
Una de dos o me das tus ganas o te cedo mi adiós
que la vida es corta para andar así
entrégate un momento y yo me entregaré hasta el fin.

Almas en libertad, luz en mi día,
barco en mi mar, noto magia al despertar
cada dia junto a ti.
Siento que eres real, sigo tus pasos sin preguntar
y fe ciega es tu verdad y me sobra el decir
que daría media vida por tenerte aquí,
sentirte junto a mi y no hay culpable ni culpa,
ni respuesta ni pregunta, a ver que ha de venir.

Una de dos o me voy contigo o muero de dolor,
no sé que me pasa ¿qué tendrá tu amor?
que roba cada instante de mi atención.
Una de dos o me das tus ganas o te cedo mi adiós
que la vida es corta para andar así
entrégate un momento y yo… una de dos…
me muero de dolor… ¿qué tendrá tu amor?

Una de dos o me voy contigo o muero de dolor,
entrégate un momento y yo…
me entregaré hasta el fin.

Kiko & Shara - Una De Dos

Películas

Tomando el testigo de la mala malísima de LaBruja, os haré saber que…

- Mi película favorita: El primer caballero.
- La peor película que he visto: La vida de Brian.
- La película favorita de mi infancia: La máscara.
- La película que más veces he visto: Cold Mountain.
- La película que cambió algo en mi vida: En busca de la felicidad.
- La película con la que más me he reído: Aquellos días felices.
- La película con la que más he llorado: La Fuente de la Vida.
- La película que me hace bailar/cantar: Step Up.
- La película con la que me he sentido enamorada:
La casa del lago.
- La película con la que más miedo he pasado: Ellos.
- La película con la que más he apartado la mirada de la pantalla: La matanza de Texas, el origen del mal.
- La película que me hizo ver que el cine puede ser algo más que entretenimiento: Ciudad del silencio.
- La película que habla sobre mí (o eso creo): Rosas rojas.
- La película que habla sobre mí (pero nadie sabe):
Tristán e Isolda.
- La película que ojalá hablase sobre mí: La vida es bella.
- El mejor principio de una película: Cualquiera que enganche.
- El mejor final de una película: Aquel que enseñe o haga pensar.

The Fountain

7:06 h. Me levanto directa a “doparme” por eso de ser mujer.
7:36 h. Como es costumbre, me quedo inmóvil en la cama hasta que vuelvo a ser persona. Ya sé que lo de volver a dormir es un imposible así que me pongo una película. Me han insistido mucho en verla. No dispongo de tiempo material, o ahora o no sé cuando, posiblemente en verano. La película es La Fuente de la Vida. Razón tenía quien tanto me la recomendó (gracias A.). El argumento: "Una historia de ciencia-ficción que aborda la odisea de un hombre y su lucha a través del tiempo para salvar a la mujer que ama. El héroe de este filme intentará encontrar el árbol de la vida, la entidad legendaria que otorga la vida eterna a aquéllos que beben su savia”. Todo un mito, ¿verdad? Verla en este estado o a estas horas tan tempranas, me ha hecho pensar demasiado, además de llorar, todo sea dicho. Os la recomiendo, merece la pena verla.
9:32 h. Me toca aprovechar este día, y todos, al máximo.
Nunca se sabe...

Arriésgate

"Un barco naufragó en el mar… Era de noche y rugía el viento. Las encrespadas olas saltaban por cubierta. El viento rompió el mástil y… En un bote salvavidas pudieron salvarse tres chicos y dos chicas. Pasados algunos días, casi extenuados, llegaron a una hermosa isla desierta. En esta isla no faltaba ni agua ni comida. Comenzó para ellos una aventura fantástica: descubrir la isla, construir una cabaña resistente al viento, hacer fuego, buscar provisiones, confeccionar ropas de abrigo, cazar… Trabajaron mucho y con ilusión… Pasado el invierno, alguien dijo, de forma imprevista:

- No podemos permanecer aquí. Debemos construir una barca y arriesgarnos a salir a la mar.

Pasaron muchas horas discutiendo los logros que habían conseguido, las experiencias que juntos habían compartido. Y uno dijo:

- El mar está lleno de peligros. Corremos el riesgo de terminar mal. Aquí no nos falta de nada, tenemos agua, fruta y no vivimos mal… Hay gente que incluso querría vivir como nosotros…

Siguieron discutiendo sobre si lo mejor era arriesgarse o quedarse quietos."

Alcé la mirada y vi como me escuchaban expectantes. Tras un silencio en donde más de un pensamiento gritaba, pregunté, ¿y vosotros? ¿os arriesgaríais o os conformaríais con quedaros en la isla? Hubo respuestas para todo, rotundas, indecisas e incluso las que no se pronunciaron. Tras escuchar sus decisiones, les dije… “Yo, personalmente, pienso que nunca podemos conformarnos porque siempre podemos ser o tener más aun sin hablar de nada material, sino de otras como el valor de afrontar las situaciones. Para ganar se debe arriesgar, sino nunca sabes si ganas o pierdes. Es más, yo creo que el peor de los arrepentimientos es arrepentirse de lo nunca hecho, porque cuando haces algo y sale bien, lo gozas y cuando no, aprendes, pero jamás te quedará la duda de saber que hubiera pasado en el caso de haberlo hecho.

Introspección

Hay días en los que de forma sorprendete sacas un tiempo para pensar en ti. Hoy ha sido un día de esos y realmente no sabes ya si dar gracias o si bien renunciar al pensamiento. Te paras a pensar en las cosas que antes hacías y ahora echas en falta, en las personas que pasaron por tu vida y que de un modo u otra se han ido para siempre, en aquellas estúpidas palabras que tanto decían y no entendías y ahora, sin embargo, van cobrando sentido a medida que pasan los días... y así podría enumerar miles de cosas más que no nos llevarían a ninguna parte. Si del presente es de lo que hablar se trata, diré que tengo veintidos años, una carrera terminada, unas oposiciones a la vuelta de la esquina con probabilidad de aprobarlas, tres metas académicas pendientes, una mano para contar amigos de verdad de esos que llamas y siempre están, gente encantadora alrededor, una familia increíble, unas ideas muy claras y los pies en la tierra. Y sin embargo creo tener un problema, me entrego tanto a todo cuanto hago que he descuidado lo más importante de todo, vivir.

Pasado

Desde niña he sido una persona muy cuidadosa, siempre guardando el más mínimo detalle, de ahí que haya aprendido a valorar hasta lo más insignificante a los ojos de todos o nadie. La otra tarde buscando algo me encontré con el reto de abrir una cajita en donde conservo millones de recuerdos. Al abrirla, podría parecer a simple vista que todo era material pero no, escondían la esencia de el momento, el olor, el color, el sentir de un pasado. Un pasado ya lejano y más que superado. Vi cada una de las cosas que ahí escondía y recordé y reviví muchos momentos. Era extraño pero me sentía como una merca espectadora de nuestro escenario, aquel en donde siempre desarrollaba papeles de segundo plano mientras te daba todo el protagonismo aún sin merecerlo. Todas estas cosas, como dice el dicho se parecían a su dueño, las tuyas no eran menos, eran como tú, mentiras. No niego que sintieras por breve o intenso que fuera, ni por evidente o prohibido que todo estuviera, sólo sé que ya no lloro al recordar porque todo queda atrás. Me has enseñado a ser lo que no era, a ver las dos caras de una misma moneda, a crecer y ser más fuerte de lo que ya era, a saber lo que se debe perdonar y lo que no es ni digno de mirar. Jamás pensé que hasta te tendría que estar agradecida, pero así es y hoy me toca a mi recitar la frase de gloria de la obra, la del final de esta historia, la que haciéndote la víctima con tus vendas fingidas me decías mientras me sangraba a mi la herida: "Que te perdone Dios que yo no puedo".

Sin Ti

Hoy, otra vez, me has vuelto a sorprender. Llegas sin llamar pues con la excusa de tener la llave te sientes con derecho a hacerlo y lo cierto es que cuentas con tantos derechos como libertades. Sólo con rozarte ya sentí el calor de tu mirada que me iba desnudando sin ni siquiera tocarme. Me acomodaste en mi cama y me usaste como almohada, dejando caer tu cuerpo sobre el mío. Un huracán de besos desmedidos e incontables caricias dieron color al más bonito de los atardereces. Como los niños del parque en sus columpios disfrutando de los últimos rayos de sol, subiamos y bajabamos, ahora tú y luego yo, ahora yo y después tú, mientras tus manos se enredaban en mi cabello, las mías se deslizaban por tu cuerpo. Giré mi rostro hacia el otro lado de la cama a la vez que extendí lentamente mi mano por las sábanas con la intención de encontrarte y no estabas. Si mi mano iba despacio era por el miedo de a mi lado no hallarte. Hoy otra vez, llegas sin llamar y te vuelves a ir sin más. Hoy, otra vez ...