Valencia

Si pienso en mi tierra inevitablemente cierro los ojos. Un escalofrío me hace estremecerme y los recuerdos se agolpan en mi mente. El corazón se me encoge y mi mirada se torna tan húmeda como sus playas bañadas por el Mediterráneo. Siempre la recuerdo con los mejores momentos, pues malos nunca hubo en la tierra que me vio nacer, que me hizo crecer y aprender las primeras lecciones de esta llamada vida.

Valencia tiene por nombre. Una ciudad con una gran historia, con mucho pero que mucho arte y cultura y ante todo con grandes corazones como los de sus gentes. Tiene un encanto especial que solo al ir allí descubres. En noches como esta, daría mucho por poder estar allí, viviendo con toda la intensidad del mundo la esperada Nit del Foc, bajo una inmensa lluvia de fuegos artificiales, respirando esa mezcla a flores y pólvora que inunda sus galardonadas calles con esa bonita bandera que ondea el viento del Levante.

Como veis, no tengo palabras, no encuentro, no sé como hablar de mi Valencia porque así la siento, muy mía pese a la distancia y al tiempo que nos separa. Esta noche arderá y seguro que mis lágrimas se mezclarán con su fuego en la distancia sintiendo más que nunca el gran cariño que siento y que me unirá por siempre a la ciudad del Turia.