Sí señores, orgullosa de ser lo que soy. Siempre me ha parecido ridículo esos comportamientos radicales de algunas personas que tachan a los españoles, por estar satisfechos de ser tales, de ser fachas. Creo que del dicho al hecho va un gran trecho y que muchos se han quedado un tanto desfasados por el camino. No entiendo a esas personas que lucen camisetas de otros países pero se avergüenzan de ponerse la suya propia siendo la que más sienten. Gracias a que cada vez son menos y ayer se pudo comprobar tanto en la Plaza de Colón de Madrid como en toda España y Austria. Ayer todos eramos más españoles que nunca, sobre todo después de ganar. Y sí, por fin lo hemos conseguido tras una batalla merecidísima, la hemos ganado. He dicho batalla, no guerra. Personalmente considero que ha sido una triple victoria.
He aquí mis motivos:
Primero, porque con ella se han callado muchas bocas al darle un gran giro a la historia teniendo por rival al campeón mundial y así demostrar que lo que ha sido un tópico es real, podemos.
Segundo, porque un año más la suerte nos ha vuelto a abandonar y aún teniendo un arbitro defectuoso con un solo ojo (y no en la cara precisamente) y a unos grandes actores de los cuentos más convencionales nos lo mereciamos y estuvimos todos haciendo fuerza hasta el final.
Y tercero, y como siempre se dice, no menos importante, porque si había dudas entre los dos mejores porteros del mundo, ya no existen. Tiene por nombre Iker Casillas y presumimos de que sea español como otros grandes dignos de mención de nuestro país: David Villa, nuestro gran pichichi, un número 7 de verdad, (ahí queda eso), un Rafael Nadal que a sus 22 añitos recien cumplidos ya tiene 4 Roland Garros consecutivos entre otros muchos más títulos, un Alberto Contador que ha usurpado a aquel Indurain de antaño ocupando ese título de campeón del Giro de Italia (¿Italia? ¿de qué me suena?) y un Fernando Alonso del que nadie duda pese a que las circunstancias no sean las mejores en estos momentos, entre otros muchos igual de dignos/as.
Decirme pues, ¿no son motivos suficientes para sentirse uno/a orgulloso de ser español? ¡Por Dios!
He escrito.
He aquí mis motivos:
Primero, porque con ella se han callado muchas bocas al darle un gran giro a la historia teniendo por rival al campeón mundial y así demostrar que lo que ha sido un tópico es real, podemos.
Segundo, porque un año más la suerte nos ha vuelto a abandonar y aún teniendo un arbitro defectuoso con un solo ojo (y no en la cara precisamente) y a unos grandes actores de los cuentos más convencionales nos lo mereciamos y estuvimos todos haciendo fuerza hasta el final.
Y tercero, y como siempre se dice, no menos importante, porque si había dudas entre los dos mejores porteros del mundo, ya no existen. Tiene por nombre Iker Casillas y presumimos de que sea español como otros grandes dignos de mención de nuestro país: David Villa, nuestro gran pichichi, un número 7 de verdad, (ahí queda eso), un Rafael Nadal que a sus 22 añitos recien cumplidos ya tiene 4 Roland Garros consecutivos entre otros muchos más títulos, un Alberto Contador que ha usurpado a aquel Indurain de antaño ocupando ese título de campeón del Giro de Italia (¿Italia? ¿de qué me suena?) y un Fernando Alonso del que nadie duda pese a que las circunstancias no sean las mejores en estos momentos, entre otros muchos igual de dignos/as.
Decirme pues, ¿no son motivos suficientes para sentirse uno/a orgulloso de ser español? ¡Por Dios!
He escrito.